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Los aspectos sociales en la atención a las personas afectadas por ictus y daño cerebral en Ceadac



Abelardo Moreno: Abogado especialista en Daño Cerebral
Purificación Aparicio. Trabajadora Social del Ceadac


El ictus supone un daño cerebral que precisa de tratamientos urgentes y una rehabilitación temprana, intensiva y multidisciplinar debido a que las secuelas neurológicas son variadas y precisan de la intervención de diferentes profesionales, entre ellos, el trabajador social.


A.M.: ¿Qué requisitos tiene el Ceadac para entrar?

P.A.: Los requisitos fueron publicados en el BOE en enero del 2002 y algunos han variado ligeramente. El primer requisito y el más controvertido es la edad, que en aquel BOE estaba entre 16 y 45 años de edad, valorando excepcionalmente otras edades. Actualmente se admiten solicitudes de 14 hasta 54 años. Más pequeños no porque los neuropsicólogos nos dicen que son cerebros infantiles y además no estamos preparados para trabajar con niños.


Si tuviéramos un exceso de lista de espera o muchos más requisitos médicos o técnicos, esto podría cambiar. Otro de los requisitos importantes es que el medicamento esté estabilizado, dicho de forma coloquial, cuando una persona podría estar en su domicilio también podría estar en Ceadac. Ceadac tiene servicio de enfermería las veinticuatro horas, y médicos desde las 9.00 de la mañana hasta las 20.00 de la tarde. Hay dos tipos de régimen, o ingresado o ambulatorio. Los ingresados van al domicilio al menos una vez cada dos fines de semana. Esto era así antes de la pandemia, en este momento estamos con personas en régimen ambulatorio, aunque se está valorando volver a coger personas ingresadas.

Requisitos para entrar en el Ceadac: tener entre 14-54 años. Medicación estabilizada. Tener Seguridad Social u otro tipo de Mutua o convenio. Tener intencionalidad de participar de manera activa en su rehabilitación. Existir un entendimiento a nivel linguístico (compartir un mismo idioma)

AM: ¿Cuántos pacientes con daño cerebral tenéis actualmente?

PA: En la actualidad entre 60-70 personas aproximadamente, y normalmente trabajamos con cien personas. Otro de los requisitos es que tenga seguridad social o algún otro tipo de mutua o algún convenio internacional. Tenemos convenios con tantos países que la mayoría de las personas pueden venir. También la persona con daño cerebral tiene que participar de manera activa en su rehabilitación, esto quiere decir que no sean personas que estén en un coma vigil. Tiene que tener al menos la intencionalidad de participar. Y por último otro requisito importantísimo es que el paciente nos entienda, nos ha ocurrido que con personas de otro idioma no ha sido factible.

AM: En definitiva, donde vosotros podáis tener capacidad para recuperar a una persona.

PA: Efectivamente, de la valoración de la capacidad se encarga el equipo de valoración, es decir el equipo médico, las trabajadoras sociales y los neuropsicólogos.

AM: ¿Cómo estáis gestionando el centro con la pandemia?

PA: Estamos abiertos. Esta segunda ola no nos está afectando de manera directa. Los casos que han dado positivo en el centro no habían tenido contacto con otros. Las medidas de protección son muy estrictas en Ceadac, y si ha habido algún caso ha estado muy localizado.

AM: ¿Pero llegasteis a cerrar el centro?

PA: Cerramos porque Ceadac se hizo centro covid y estuvieron derivando personas de la Paz que estuvieron haciendo rehabilitación, y las personas que se quedaron en casa el equipo de terapia montó unos grupos de trabajo y trabajábamos desde casa. Fue una rehabilitación a distancia, duró meses, ellos nos estuvieron muy agradecidos y a nosotros nos compensó mucho emocionalmente. Cuando los pacientes están aquí en el centro se crea un vínculo muy especial y los terapeutas en ningún momento quisieron dejarlo buscándose la vida como pudo, con nuestros propios ordenadores, móviles, montándonos nuestros propio centro en casa haciendo grupos de trabajo a través de una plataforma, resultando muy interesante y gratificante.

AB: ¿Cómo aborda el trabajo social el daño cerebral en cuanto al paciente y los familiares?

PA: A las trabajadoras sociales el tema de la gestión es lo que más nos toca. Trabajamos mucho la acogida, la información y documentación. Las valoraciones de discapacidad, dependencia, incapacidades temporales y permanentes, y las incapacitaciones civiles. Acompañándoles en la gestión de todos estos trámites.

AB: ¿Crees que las familias tienen un conocimiento adecuado cuando llegan de todo esto?


PA: No, no están bien informadas. Cuando ocurre un daño cerebral es un bombazo que cae en las familias. El trabajo de los compañeros en los hospitales en encomiable pero también están muy desbordados, hay quien se deja informar y quien no se deja, esta es una realidad, y algunos llegan aquí muy bien informados y con toda la documentación ya solicitada y otros no. Por otro lado la pérdida laboral es un duelo y los pacientes necesitan un tiempo para aceptar que algo ha cambiado cognitivamente, físicamente.. con lo que a veces no han empezado con los trámites porque no lo han querido hacer. Poco a poco les vas introduciendo en las utilidades que puede tener en su vida el solicitar el grado de discapacidad o dependencia, o una incapacidad permanente laboral por ejemplo.

La vida laboral y dejar de conducir son de los aspectos que parece que más impactan en las personas con daño cerebral por el cambio que supone en su vida.


AM: Supongo que tenéis en cuenta los informes médicos a la hora de solicitar la discapacidad, dependencia, incapacidad laboral y os habréis encontrado la dificultad que supone para las administraciones comprender lo que es un daño cerebral y lo que supone a nivel cognitivo.


PA: Totalmente, el tema de los informes es fundamental a la hora de probar las limitaciones. Me consta que como trabajadora social es un privilegio contar con los informes de Ceadac porque son informes muy claros y son informes oficiales lo que nos facilita muchísimo todos estos trámites. El aval de que sea un centro oficial te proporciona unas ventajas.

AM: El INSS se basa mucho en vuestros informes al pertenecer a la Administración Pública.

PA: Claro porque además trabajamos mucho con ellos, hacemos una jornada anual conjunta y la relación con los médicos valoradores del INSS es muy directa.


A la hora de solicitar la discapacidad, dependencia o incapacidad laboral, los informes médicos son decisivos.

AM: Por otro lado los baremos de discapacidad son muy deficientes a la hora de determinar el daño cognitivo, que lo meten siempre por daños psiquiátricos.


PA: Sí y pueden llegar a perjudicar mucho. Yo no entiendo por qué la especialidad de neuropsicología está también en los baremos de los centros base. Cuando además tienen un déficit muy notable de psicólogos, porque ya no solamente es daño cerebral sobrevenido si no personas con enfermedades degenerativas, con demencias, alzheimer.. es que eso tendría que valorarse de otra manera.


No existe un baremo específico para el daño cerebral, se basan en los de discapacidad y psiquiátricos

AM: Los más limitantes serían posiblemente los síndromes frontales, de la alteración de la memoria y concentración.


PA: Totalmente, mucho más que el físico.


AB: Cuando preparáis reclamaciones previas, ¿llegáis a ver luego las resoluciones? Porque muchos se dan de alta en el Ceadac antes de las resoluciones.


PA: Pues muy pocas veces, aunque sí que hay personas que nos llaman para contárnoslo. Nosotros les ayudamos con la reclamación previa porque es la propia persona la que la presenta a través de unos formularios. Pero si esa reclamación previa no ha tenido éxito es entonces cuando necesitan de abogados como vosotros que se encarguen del caso.


Los trabajadores sociales acompañan al paciente en el proceso de la solicitud de reclamación previa, pero si no se está de acuerdo con la resolución, los pacientes necesitan un abogado para recurrir.

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